Tengo un sentimiento muy grande en el pecho, ahora mismo es una enorme mancha que se expande por mi cuello, pecho, por mis brazos hasta los codos, estómago, cintura, cadera y pelvis.
Sé que no debería ser así, cuando un buen día decidí hacer las cosas por mí misma, y enfrentarme a mis peores miedos, sabía que esto, algún día podía suceder.
Hay algunas situaciones que, aún no tengo muy claro el porqué, me afectan sobremanera. Hay quién piensa que no es para tanto, pero para mí supone un abismo. Tengo muchísimo miedo al Fracaso, y para mí, haber suspendido el examen práctico, es un Fracaso enorme y más aún teniendo tan claro como tenía el aprobado.
No me preocupa que la gente lo sepa, me preocupa saber que no he aprobado, que no lo he conseguido, que me he propuesto una meta y no la he alcanzado, que nuevamente hoy, 31 de Marzo apunte en mi disco duro un FRACASO más. . .
Es DESOLACIÓN, DESIERTO, DESTRUCCIÓN, DESMENBRAMIENTO, DESCONSUELO, ANGUSTIA, QUEMAZÓN, SOLEDAD, DESILUSIÓN, ABANDONO, DOLOR, MUCHO DOLOR
¿Y todo eso por suspender el examen práctico? Y alguna más que me he dejado en el tintero. Mi madre y mis amigos me han dicho, que peor es la muerte, una enfermedad, un cáncer... Sí, claro que todo eso es peor que suspender un dichoso examen, pero yo no estoy hablando de desgracias, es cómo quererlo comparar con el calentamiento global, con el hambre del mundo o con una guerra.
Yo estoy hablando de un sentimiento, en este caso del FRACASO, uno de los tantos miedos que puede tener un ser humano y en este caso el mío.
Me he pasado el día entero llorando, sin poder parar, me duele la cabeza entera, los ojos, la nariz, los labios, me duele lo más hondo de mi ser, me duelo muchísimo. Y el lunes que viene vuelvo a presentarme a examen y ahora se une un sentimiento más, el MIEDO a un nuevo FRACASO. Estoy acojonada, acongojada completamente, podría tirar la toalla e intentar de convencerme a mí misma de que jamás lo hice, que nunca empecé esto, pero puede que eso si que sea un verdadero fracaso.
Me he tumbado en el sofá mientras lloraba, como compañía tenía a Batman acostado en mi pecho y aunque no tengo muy claro de dónde voy a sacar las ganas y las fuerzas HE DECIDIDO SER VALIENTE PORQUE TENGO MUCHO, MUCHO MIEDO.
Sólo tengo que esperar 6 días más.
lunes, 31 de marzo de 2008
sábado, 29 de marzo de 2008
¿QUIERES JUGAR CONMIGO?
Se ruega a todos los blogueros, apaguen todas las luces, desconecten los móviles, quiten la música que estén escuchando, apaguen la tele, bajen las persianas de la habitación y quédense frente al ordenador atentos a esto que os voy a contar. Solos tú y el ordenador. Esta es la historia de Emilio.
La primera noche que Emilio durmió en su nuevo piso, un escalofrío le recorrió la espalda de arriba abajo, al girarse de dio cuenta que la ventana del salón estaba abierta de par en par, se acercó a ella y la cerró.
Conectó la calefacción y se puso manos a la obra en la cocina. Como no tenía invitados cocinó para él una dorada pequeña con sus patatitas al horno, su pimiento verde y su tomate junto con una ensalada ligera. Se permitió el lujo de abrir una botella de vino blanco y se la sirvió en copa grande mientras la dorada terminaba de hacerse. Tomó un largo trago de aquel Rioja y se quitó las zapatillas tirándolas de cualquier manera por el salón. Se fue a la cadena de música y puso un compita de Blues para relajarse. Se sentó en el sofá, chasqueando con una mano a ritmo de Blues cuando sonó el clic del horno.
Cuando acabó con la cena y la botella de vino y cuando el CD terminó el último tema, Emilio, agotado por el trabajo de la casa cayó rendido en la cama de su habitación, pero poco más tarde, la puerta se cerró con un sonoro portazo. Se despertó sobresaltado y con la boca seca del susto. Se levantó para beber un vaso de agua cuando un nuevo escalofrío le recorrió la espalda. Al salir de la cocina y pasar por el salón descubrió desconcertado que la ventana estaba abierta de par en par.
- Juraría haber cerrado la ventana cuando llegué. Lo mismo con el calor del vino la volvería a abrir…
Hizo una parada en el cuarto de baño para evacuar todo lo bebido anteriormente, sintió su persona reflejada en el espejo, aunque no fue lo único que vio. Se paró antes de bajarse los pantalones, dio marcha atrás para encender la luz y volvió a fijarse bien en el espejo. ¿Lo que había visto era una cara pequeña que le sonreía amargamente? Miró detrás de la puerta del cuarto de baño, pero sólo encontró su albornoz colgado del pequeño perchero blanco que él mismo había atornillado en la reforma de la casa.
- Jajaja. Emilio, el sueño te hace pasar malas jugadas.
La noche dio paso a la mañana y para entonces Emilio ya había olvidado el incidente de la noche anterior, se duchó, se afeitó, se puso a desayunar, se vistió y corriendo se fue a trabajar.
Emilio de 34 años, abrió la puerta de su casa mientras hablaba por el móvil y casi se cae cuando pisó un cochecito que se dirigía a él. Se agachó a recogerlo y miró al salón, la cortina estaba aún en movimiento y esta vez la ventana estaba cerrada.
- Ricardo te llamo luego. -Y colgó el teléfono sin más- ¿Quién anda ahí? ¿Rita eres tú? ¿Mamá? Si esto es una broma no tiene gracia. ¿José?
Emilio registró la casa con todas sus habitaciones, pero no halló a nadie en ella. Todo aquello no le daba muy buena espina. Se quedó pensativo en el pasillo y abrió la mano. - ¿De donde ha salido este coche?- Aquel cochecito sucio y arañado le era familiar, una vez fue suyo, pero de eso hacía muchos años. Se lo llevó a una excursión al bosque y se lo dejó olvidado en un tronco para jugar con sus amigos al fútbol. Una voz a su espalda le devolvía a la realidad.
- ¿Me devuelves mi coche?
Otro escalofrío le bajaba por la espalda, abrió grandes los ojos y pegó un brinco para ver quién le había dicho eso. El cuerpo empezó a temblarle y le sudaban las manos. Una niña muy guapa de aspecto alegre de unos seis años estaba frente a él mirándole fijamente, con la ropa tan sucia como el propio coche y la piel tan blanca que podría confundirse con la pared del pasillo.
- ¿Quién eres? ¿Cómo has entrado en mi piso? ¿Qué haces aquí?
La niña sonrió ampliamente sin complejos y Emilio se asusto al verle la boca y los dientes podridos completamente.
- ¿Me devuelves mi coche?
- Sólo cuando me digas quién eres y qué haces aquí. ¿Cómo y cuando has entrado? ¿Qué hacías jugando aquí? Tu madre tiene que estar preocupada. Es muy tarde para estar fuera de casa ¿no crees? ¿Cómo te llamas?
La niña borró su sonrisa de la cara y miró amenazante a Emilio.
- Devuélveme mi coche.
Emilio se agachó hasta ponerse a la altura de la niña, aunque le entraron ganas de levantarse cuando olió el hedor que desprendía:
- ¿De dónde has sacado este coche?
- Ese coche es mío.
Emilio se quedó pensativo y recordó la imagen que vió anoche en el espejo del cuarto de baño. Abrió la boca y se apartó un poco de ella.
- Ayer también estabas aquí. Te ví anoche en el cuarto de baño. ¿No es verdad? No estaba solo, tú estabas reflejada en el espejo. ¡Dios mío! ¿Quién eres?
- Esa no era yo. Sería mi hermana.
- ¿Tu hermana también está aquí? – Y sintió un toquecito en la espalda.
- Devuélvele el coche a mi hermana. No querrás que se ponga a llorar y que yo me enfade contigo.
Emilio soltó un grito que le oprimía el pecho desde el primer momento en que vio a la primera niña, se puso de pie y salió corriendo al salón.
- ¿Quiénes sois? ¿Qué hacéis aquí? ¿Cómo habéis entrado?
Ambas niñas se miraron y se sonrieron, las dos con los dientes podridos, una imagen que sería muy difícil de borrar. Sentían el miedo en la cara de Emilio, eso les hacía gracia, y se rieron juntas al unísono. Emilio seguía dando pequeños pasos sin mirar atrás, buscando la puerta de casa. Las niñas se percataron de que estaba buscando una salida para huir, cuando ellas sólo querían jugar, entonces, las risas cesaron y ambas salieron corriendo hacia Emilio.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho… Ocho eran las gotas de sangre que el Inspector Jefe de policía Mateo, había contado que chorreaban del cuello de Emilio Delgado, antes de gritarle a su equipo forense que quería a aquel asesino en serie entre rejas esa misma noche.
Al parecer, una vecina del bloque, abrió la ventana de su cuarto de baño y se encontró la cabeza de su vecino colgada de la barra de la ducha. Un pequeño coche estaba atravesado en su garganta.
Los solteros y los hombres que viven solos, hace mucho tiempo que dejaron de estar seguros en sus casas. Si sientes un olor a podrido en tu casa, ten bien abierto los ojos. Si ves en el espejo a alguien más que tu reflejo, no dudes por un instante de que puedan ser ellas. Esas niñas sólo quieren jugar contigo, andan buscando a un padre que quiera jugar con ellas. No tientes la suerte, no salgas corriendo, no vale la pena.
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Un momento, ¿Quién está detras del sofá?
La primera noche que Emilio durmió en su nuevo piso, un escalofrío le recorrió la espalda de arriba abajo, al girarse de dio cuenta que la ventana del salón estaba abierta de par en par, se acercó a ella y la cerró.
Conectó la calefacción y se puso manos a la obra en la cocina. Como no tenía invitados cocinó para él una dorada pequeña con sus patatitas al horno, su pimiento verde y su tomate junto con una ensalada ligera. Se permitió el lujo de abrir una botella de vino blanco y se la sirvió en copa grande mientras la dorada terminaba de hacerse. Tomó un largo trago de aquel Rioja y se quitó las zapatillas tirándolas de cualquier manera por el salón. Se fue a la cadena de música y puso un compita de Blues para relajarse. Se sentó en el sofá, chasqueando con una mano a ritmo de Blues cuando sonó el clic del horno.
Cuando acabó con la cena y la botella de vino y cuando el CD terminó el último tema, Emilio, agotado por el trabajo de la casa cayó rendido en la cama de su habitación, pero poco más tarde, la puerta se cerró con un sonoro portazo. Se despertó sobresaltado y con la boca seca del susto. Se levantó para beber un vaso de agua cuando un nuevo escalofrío le recorrió la espalda. Al salir de la cocina y pasar por el salón descubrió desconcertado que la ventana estaba abierta de par en par.
- Juraría haber cerrado la ventana cuando llegué. Lo mismo con el calor del vino la volvería a abrir…
Hizo una parada en el cuarto de baño para evacuar todo lo bebido anteriormente, sintió su persona reflejada en el espejo, aunque no fue lo único que vio. Se paró antes de bajarse los pantalones, dio marcha atrás para encender la luz y volvió a fijarse bien en el espejo. ¿Lo que había visto era una cara pequeña que le sonreía amargamente? Miró detrás de la puerta del cuarto de baño, pero sólo encontró su albornoz colgado del pequeño perchero blanco que él mismo había atornillado en la reforma de la casa.
- Jajaja. Emilio, el sueño te hace pasar malas jugadas.
La noche dio paso a la mañana y para entonces Emilio ya había olvidado el incidente de la noche anterior, se duchó, se afeitó, se puso a desayunar, se vistió y corriendo se fue a trabajar.
Emilio de 34 años, abrió la puerta de su casa mientras hablaba por el móvil y casi se cae cuando pisó un cochecito que se dirigía a él. Se agachó a recogerlo y miró al salón, la cortina estaba aún en movimiento y esta vez la ventana estaba cerrada.
- Ricardo te llamo luego. -Y colgó el teléfono sin más- ¿Quién anda ahí? ¿Rita eres tú? ¿Mamá? Si esto es una broma no tiene gracia. ¿José?
Emilio registró la casa con todas sus habitaciones, pero no halló a nadie en ella. Todo aquello no le daba muy buena espina. Se quedó pensativo en el pasillo y abrió la mano. - ¿De donde ha salido este coche?- Aquel cochecito sucio y arañado le era familiar, una vez fue suyo, pero de eso hacía muchos años. Se lo llevó a una excursión al bosque y se lo dejó olvidado en un tronco para jugar con sus amigos al fútbol. Una voz a su espalda le devolvía a la realidad.
- ¿Me devuelves mi coche?
Otro escalofrío le bajaba por la espalda, abrió grandes los ojos y pegó un brinco para ver quién le había dicho eso. El cuerpo empezó a temblarle y le sudaban las manos. Una niña muy guapa de aspecto alegre de unos seis años estaba frente a él mirándole fijamente, con la ropa tan sucia como el propio coche y la piel tan blanca que podría confundirse con la pared del pasillo.
- ¿Quién eres? ¿Cómo has entrado en mi piso? ¿Qué haces aquí?
La niña sonrió ampliamente sin complejos y Emilio se asusto al verle la boca y los dientes podridos completamente.
- ¿Me devuelves mi coche?
- Sólo cuando me digas quién eres y qué haces aquí. ¿Cómo y cuando has entrado? ¿Qué hacías jugando aquí? Tu madre tiene que estar preocupada. Es muy tarde para estar fuera de casa ¿no crees? ¿Cómo te llamas?
La niña borró su sonrisa de la cara y miró amenazante a Emilio.
- Devuélveme mi coche.
Emilio se agachó hasta ponerse a la altura de la niña, aunque le entraron ganas de levantarse cuando olió el hedor que desprendía:
- ¿De dónde has sacado este coche?
- Ese coche es mío.
Emilio se quedó pensativo y recordó la imagen que vió anoche en el espejo del cuarto de baño. Abrió la boca y se apartó un poco de ella.
- Ayer también estabas aquí. Te ví anoche en el cuarto de baño. ¿No es verdad? No estaba solo, tú estabas reflejada en el espejo. ¡Dios mío! ¿Quién eres?
- Esa no era yo. Sería mi hermana.
- ¿Tu hermana también está aquí? – Y sintió un toquecito en la espalda.
- Devuélvele el coche a mi hermana. No querrás que se ponga a llorar y que yo me enfade contigo.
Emilio soltó un grito que le oprimía el pecho desde el primer momento en que vio a la primera niña, se puso de pie y salió corriendo al salón.
- ¿Quiénes sois? ¿Qué hacéis aquí? ¿Cómo habéis entrado?
Ambas niñas se miraron y se sonrieron, las dos con los dientes podridos, una imagen que sería muy difícil de borrar. Sentían el miedo en la cara de Emilio, eso les hacía gracia, y se rieron juntas al unísono. Emilio seguía dando pequeños pasos sin mirar atrás, buscando la puerta de casa. Las niñas se percataron de que estaba buscando una salida para huir, cuando ellas sólo querían jugar, entonces, las risas cesaron y ambas salieron corriendo hacia Emilio.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho… Ocho eran las gotas de sangre que el Inspector Jefe de policía Mateo, había contado que chorreaban del cuello de Emilio Delgado, antes de gritarle a su equipo forense que quería a aquel asesino en serie entre rejas esa misma noche.
Al parecer, una vecina del bloque, abrió la ventana de su cuarto de baño y se encontró la cabeza de su vecino colgada de la barra de la ducha. Un pequeño coche estaba atravesado en su garganta.
Los solteros y los hombres que viven solos, hace mucho tiempo que dejaron de estar seguros en sus casas. Si sientes un olor a podrido en tu casa, ten bien abierto los ojos. Si ves en el espejo a alguien más que tu reflejo, no dudes por un instante de que puedan ser ellas. Esas niñas sólo quieren jugar contigo, andan buscando a un padre que quiera jugar con ellas. No tientes la suerte, no salgas corriendo, no vale la pena.
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Un momento, ¿Quién está detras del sofá?

miércoles, 26 de marzo de 2008
LEYES FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA
Lo prometido es deuda, hablemos de la estupidez humana.
LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA
La Primera Ley Fundamental: " Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".
La Segunda Ley Fundamental: " La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona".
La Tercera Ley Fundamental: " Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".
La Cuarta Ley Fundamental: " Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error".
La Quinta Ley Fundamental: " La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado".
Por: Carlo M. Cipolla
El texto obviamente es más extenso, mucho más. Es un estudio minucioso, pero tampoco quería ser cargante así que dejo el enlace para los que quieran saber un poco más sobre estas leyes y su explicación.
http://www.eumed.net/cursecon/economistas/Cipolla.htm
Aunque ahora me pregunto: ¿Es lo mismo ser un estúpido que hacer una estupidez? Porque siguiendo esa regla de tres, tonto es el que hace tonterias, estupido el que hace estupideces, pero ¿Quién no ha cometido nunca una estupidez? ¿Quién está a salvo de hacer estupideces? ¿Entonces hay más de un estúpido que lo es y no lo sabe? jajajaja. A mi estas preguntas me hacen gracia, pero es cierto ¿no? Yo reconozco que alguna vez he hecho alguna estupidez. ¿Soy estupida por eso? Para mi un ejemplo de estúpido es el tio aquel que escaló una catedral desnudo y borracho perdio y se quitó la vida. Supongo que esto es como todo, debe de haber grados mayores o menores de estupidez.
A mí, la Quinta Ley Fundamental me aterroriza y la Tercera me parece una verdad como un templo.
Ya sabeis, la estupidez del ser humano es infinita.
LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA
La Primera Ley Fundamental: " Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".
La Segunda Ley Fundamental: " La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona".
La Tercera Ley Fundamental: " Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".
La Cuarta Ley Fundamental: " Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error".
La Quinta Ley Fundamental: " La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado".
Por: Carlo M. Cipolla
El texto obviamente es más extenso, mucho más. Es un estudio minucioso, pero tampoco quería ser cargante así que dejo el enlace para los que quieran saber un poco más sobre estas leyes y su explicación.
http://www.eumed.net/cursecon/economistas/Cipolla.htm
Aunque ahora me pregunto: ¿Es lo mismo ser un estúpido que hacer una estupidez? Porque siguiendo esa regla de tres, tonto es el que hace tonterias, estupido el que hace estupideces, pero ¿Quién no ha cometido nunca una estupidez? ¿Quién está a salvo de hacer estupideces? ¿Entonces hay más de un estúpido que lo es y no lo sabe? jajajaja. A mi estas preguntas me hacen gracia, pero es cierto ¿no? Yo reconozco que alguna vez he hecho alguna estupidez. ¿Soy estupida por eso? Para mi un ejemplo de estúpido es el tio aquel que escaló una catedral desnudo y borracho perdio y se quitó la vida. Supongo que esto es como todo, debe de haber grados mayores o menores de estupidez.
A mí, la Quinta Ley Fundamental me aterroriza y la Tercera me parece una verdad como un templo.
Ya sabeis, la estupidez del ser humano es infinita.
lunes, 24 de marzo de 2008
CONTRADICCIONES CONTRADICHAS O POR CONTRADECIR
El paralítico andaba por las desiertas calles de Nueva York
El mudo contaba a voz en grito las virtudes de una guerra
El sordo oía sin escuchar todo lo que el mudo contaba
El ciego leía el periódico bajo la intensa luz de una farola apagada
Una mujer desde la acera gritaba al joven del balcón:
¡Bájame un vaso de sed que vengo cargada de agua!
Mientras siete ranas muertas nadaban en una piscina vacía
Y el agua del botijo, más bajaba cuanto menos saciaba.
Los enanos se crecían ante la adversidad de un peligro inexistente
Los gigantes eran tan enanos por dentro como el grano de mostaza
Los gordos no pueden saciar toda el hambre de su alma
Los delgados no saben como dejar de serlo, comer no les ayuda.
¿Qué fue primero el estúpido o la estupidez?
El mudo contaba a voz en grito las virtudes de una guerra
El sordo oía sin escuchar todo lo que el mudo contaba
El ciego leía el periódico bajo la intensa luz de una farola apagada
Una mujer desde la acera gritaba al joven del balcón:
¡Bájame un vaso de sed que vengo cargada de agua!
Mientras siete ranas muertas nadaban en una piscina vacía
Y el agua del botijo, más bajaba cuanto menos saciaba.
Los enanos se crecían ante la adversidad de un peligro inexistente
Los gigantes eran tan enanos por dentro como el grano de mostaza
Los gordos no pueden saciar toda el hambre de su alma
Los delgados no saben como dejar de serlo, comer no les ayuda.
¿Qué fue primero el estúpido o la estupidez?
...PROXIMAMENTE, AQUI, EN LOS GIRASOLES
viernes, 21 de marzo de 2008
VIERNES SANTO
A la Semana Santa:
Yo nunca he visto más cargadores como hay ahora
el que no carga ya no es de Cádi ni va a la moda
Semana Santa se ha puesto ya que es un bastinazo
No cambia de repertorio y to los años es un pelotazo.
Yo cargo en Los Afligidos, La Borriquita, Jesús Caído y la Santa Cena
Yo cargo la en Buena Muerte, Medinaceli, La Veracruz y el Cristo de Las Penas
Yo cargo la Cigarrera, si no es que me siento extraño
Yo cargo en La Luz y el Agua, igual que todos los años.
Po yo cargo el camping luz, cargo el camping gas y me voy a Los Caños!!
Los Yesterday.
No es que sea muy devota, ni es que me guste La Semana Santa (la respeto) porque he visto a mi abuela salir descalza en El Nazareno por las calles de Cádiz, muchos años, rogando y pidiendo por mi tía Antonia para que se curara del cáncer que tenía. No la curó, pero le alargó la vida siete años, siete años en los que me dieron la oportunidad de disfrutar de mi tía, a la que quise y quiero muchísimo.
Esto que cuento no es para echar lágrimas, pero bueno, cada uno tiene una manera diferente de ver la Semana Santa, y en la mía parece que puedo escuchar el carnaval de Los Yesterdey hablando de la Semana de Cristo, y si yo estuviera en Cádiz, seguramente sería de las que cargaría la mochila con los bocatas y me iría a Los Caños.
Otra cosa buena que tiene Barcelona, es que aquí la Semana Santa apenas se nota.
Yo nunca he visto más cargadores como hay ahora
el que no carga ya no es de Cádi ni va a la moda
Semana Santa se ha puesto ya que es un bastinazo
No cambia de repertorio y to los años es un pelotazo.
Yo cargo en Los Afligidos, La Borriquita, Jesús Caído y la Santa Cena
Yo cargo la en Buena Muerte, Medinaceli, La Veracruz y el Cristo de Las Penas
Yo cargo la Cigarrera, si no es que me siento extraño
Yo cargo en La Luz y el Agua, igual que todos los años.
Po yo cargo el camping luz, cargo el camping gas y me voy a Los Caños!!
Los Yesterday.
No es que sea muy devota, ni es que me guste La Semana Santa (la respeto) porque he visto a mi abuela salir descalza en El Nazareno por las calles de Cádiz, muchos años, rogando y pidiendo por mi tía Antonia para que se curara del cáncer que tenía. No la curó, pero le alargó la vida siete años, siete años en los que me dieron la oportunidad de disfrutar de mi tía, a la que quise y quiero muchísimo.
Esto que cuento no es para echar lágrimas, pero bueno, cada uno tiene una manera diferente de ver la Semana Santa, y en la mía parece que puedo escuchar el carnaval de Los Yesterdey hablando de la Semana de Cristo, y si yo estuviera en Cádiz, seguramente sería de las que cargaría la mochila con los bocatas y me iría a Los Caños.
Otra cosa buena que tiene Barcelona, es que aquí la Semana Santa apenas se nota.
¡¡ FELIZ SANTA SEMANA !!
miércoles, 19 de marzo de 2008
GRANOS DE CAFÉ
Llevo varios días pensando en como escribirte esta carta. Ya se que este no es el mejor comienzo, pero lo he intentado tantas veces... voy a intentarlo a lo Alejandro Sanz, que seguro te gustará.
Te quiero:
Hoy me había levantado con la idea de hacer muchas cosas, más tal vez de las que te da tiempo de hacer en un día, pero resulta que no he hecho ni la mitad de lo que tenía pensado, y eso que el día prometía. Se despertó la mañana de buen humor y un sol brillante en lo más alto del cielo que daba calorcito al corazón. Me recordó a tu sonrisa, capaz de alterar cada uno de mis sentidos, capaz de llamar la atención a todo el que se cruzase en tu camino, y se me antojó lejana.
La mañana fue dejando paso a la tarde, que no parecía traer muy buenas noticias. Un montón de nubes acordaron esconder aquel radiante sol y dejar un borrón gris oscuro en el cielo. ¿Sabes de aquella claridad triste que pesa en el alma y apaga el ánimo? Me recordó a tu mirada después de haberte defraudado alguna vez. No sabes lo mucho que me pesan todos mis errores, y lo que me duelen.
Ahora es de noche, he puesto tu cd favorito, que sorprendentemente me he bajado de internet, si, ya sabes, aquel por el que hacía todo lo posible por no escuchar. He abierto la ventana y me he sentado junto a ella con una taza de café que he comprado en el mercado a granel. Cogí la pala que había dentro del saco y esperé que su aroma me transportase a lugares lejanos. Tu afición por el café también me la he llevado.
He mirado al cielo y no he encontrado ni una sola estrella, ahora el cielo está rojo, supongo que pronto romperá a llover.
¿Recuerdas cuando estuvimos en Asturias? El firmamento parecía un traje de lunares que brillaban y parpadeaban sin fin. Jamás había visto tantas estrellas juntas en mi vida y no supe apreciar la mejor de las estrellas, tú Noelia, la más bonita de todas aquí en la tierra.
Aunque esa noche si no recuerdo mal estuvimos poniéndole la cara roja a la luna con nuestras perversiones. Llegué a besarte tantas veces que creí que perdería los labios en algún rincón de tu cuerpo. Echo de menos el olor de tu pelo, la maravillosa visión que me ofrecía cuando caía por tu espalda desnuda.
Cuantas tardes me he asado con tu espalda en mi pecho y mis piernas rodeando tu cintura, mis brazos sosteniendo tus pechos y mi boca enredada en tu cuello. ¿Sabrías contar cuántas tardes?
Parece que empieza a llover por fin, me pone tan triste el no tenerte junto a mí, la cama es tan grande y fría Noelia. Sé que no he sido quien tú esperabas, pero mi vida carece de sentido sin ti... ¿Cómo se encuentra la tuya?
Te mando unos granitos de café que he llevado todo este tiempo en las manos, deseando que te llegue mi aroma.
Empiezo y termino de la misma forma.
Te quiero.
BÁRBARA.
Te quiero:
Hoy me había levantado con la idea de hacer muchas cosas, más tal vez de las que te da tiempo de hacer en un día, pero resulta que no he hecho ni la mitad de lo que tenía pensado, y eso que el día prometía. Se despertó la mañana de buen humor y un sol brillante en lo más alto del cielo que daba calorcito al corazón. Me recordó a tu sonrisa, capaz de alterar cada uno de mis sentidos, capaz de llamar la atención a todo el que se cruzase en tu camino, y se me antojó lejana.
La mañana fue dejando paso a la tarde, que no parecía traer muy buenas noticias. Un montón de nubes acordaron esconder aquel radiante sol y dejar un borrón gris oscuro en el cielo. ¿Sabes de aquella claridad triste que pesa en el alma y apaga el ánimo? Me recordó a tu mirada después de haberte defraudado alguna vez. No sabes lo mucho que me pesan todos mis errores, y lo que me duelen.
Ahora es de noche, he puesto tu cd favorito, que sorprendentemente me he bajado de internet, si, ya sabes, aquel por el que hacía todo lo posible por no escuchar. He abierto la ventana y me he sentado junto a ella con una taza de café que he comprado en el mercado a granel. Cogí la pala que había dentro del saco y esperé que su aroma me transportase a lugares lejanos. Tu afición por el café también me la he llevado.
He mirado al cielo y no he encontrado ni una sola estrella, ahora el cielo está rojo, supongo que pronto romperá a llover.
¿Recuerdas cuando estuvimos en Asturias? El firmamento parecía un traje de lunares que brillaban y parpadeaban sin fin. Jamás había visto tantas estrellas juntas en mi vida y no supe apreciar la mejor de las estrellas, tú Noelia, la más bonita de todas aquí en la tierra.
Aunque esa noche si no recuerdo mal estuvimos poniéndole la cara roja a la luna con nuestras perversiones. Llegué a besarte tantas veces que creí que perdería los labios en algún rincón de tu cuerpo. Echo de menos el olor de tu pelo, la maravillosa visión que me ofrecía cuando caía por tu espalda desnuda.
Cuantas tardes me he asado con tu espalda en mi pecho y mis piernas rodeando tu cintura, mis brazos sosteniendo tus pechos y mi boca enredada en tu cuello. ¿Sabrías contar cuántas tardes?
Parece que empieza a llover por fin, me pone tan triste el no tenerte junto a mí, la cama es tan grande y fría Noelia. Sé que no he sido quien tú esperabas, pero mi vida carece de sentido sin ti... ¿Cómo se encuentra la tuya?
Te mando unos granitos de café que he llevado todo este tiempo en las manos, deseando que te llegue mi aroma.
Empiezo y termino de la misma forma.
Te quiero.
BÁRBARA.
lunes, 17 de marzo de 2008
CARLOS: ¡ESTOY EN BARCELONA!
La vida cuando menos te lo esperas es cuando decide sorprenderte. No importa si estás preparado o no, si estás contento, triste, borracho, durmiendo o estás en cualquier parte del mundo. Te tocó y te tocó, aunque no siempre tienen que ser malas noticias lo que la vida te ofrezca, pero si que a veces, esas noticias pueden cambiarte algunos planes.
A mi me cambió la vida cuando estaba conociendo a Martín, me decía que alguna vez me había visto pasear despreocupada con mi bicicleta de colores, dejando una estela de alegría allá donde iba. En ese preciso instante, en el que escuchaba sus palabras con atención infinita, me llegó un mensaje al móvil y tuve que salir corriendo al aeropuerto. Carlos estaba apunto de llegar a Barcelona.
Carlos, un buen amigo de la infancia al que no veía desde hacía más de diez años, siempre habíamos conservado el contacto, no sé porqué no me avisó antes de su llegada. Según me dijo él más tarde, es que así tenía más emoción la cosa y la sorpresa y el asombro, lógicamente sería mayor.
Tuvimos un día íncreible, cargamos con las mochilas de un lado a otro y en lo que dio una mañana y una tarde le enseñé los principales monumentos y lugares que ofrece Barcelona. Montjuic, La Plaza España, Las Ramblas de Barcelona, Colón y un poco del Paseo Marítimo. (Es lo rimero que suelen ver los extranjeros)
Agotados y con la noche echada ya encima, decidimos subir al piso y dejar las mochilas para descansar un poco. Mientras Carlos se duchaba yo preparaba algo de cenar, “Algo ligero si no te importa, tengo aún el estomago algo revuelto del vuelo” Hice un pica-pica: jamoncito, quesito, una ensalada y un buen vinito. Después de la cena y con la copa en la mesita auxiliar hice que se tumbara en el sofá y corrí la ventana, si te tumbabas bocarriba se podían ver las estrellas y un paseo largísimo todo iluminado con bombillas naranjas. El piso era tan alto que no llegaba ni la polución ni el ruido demencial de la ciudad, pero las vistas eran magníficas.
-Ahora sí, ya lo puedes gritar, ya puedes decir que estás en Barcelona, en el corazón de la ciudad, en pleno centro.
- ¡Estoy en Barcelona!
- ¿Solo puedes gritar eso? ¡Vamos grítalo más fuerte! ¡Que llegue al cielo!
- ¡Estoy en Barcelona!
- No pareces convencido del todo Carlos, ¿Qué te pasa? ¡Vamos con ganas! ¡Estoy en Barcelona!
- ¡Estoy enamorado de ti!
Carlos sólo iba a estar un fin de semana en Barcelona, posiblemente no nos volveríamos a ver en años y tampoco creo que estuviese enamorado de mí, si no que tendría tantas ganas como yo de pasar un buen rato. A veces esas cosas pasan. No sabes porqué, pero pasan. Si es el vino, la noche o el sexo. Mientras que no se confundan sentimientos y cada uno tenga claro su camino… ¿Porqué no disfrutar del momento?
Mis braguitas acabaron en el paseo largísimo todo iluminado con bombillitas naranjas.
Al día siguiente y con Camela a todo volumen llamaron a mi puerta.
- Vaya, creo que me he equivocado de piso…
- No, espera, yo no soy el propietario del piso. ¿A quién buscas?
- Buscaba a Lorena.
(¿Por qué me has engañado? ¿Quién es él? ¿Por qué me has hecho daño? Cuéntame…)
- Lorena ahora mismo se está duchando, ¿Quieres que le diga algo? ¿Quién eres?
- No, no importa, no le digas nada. Hasta luego.
Llegó el domingo y la hora de despedirse, ambos habían pasado un buen fin de semana. Tuvieron que comprar una tarjeta de memoria más grande para la cámara de fotos. Prometieron verse pronto, pero sabían que pasarían muchos años sin verse.
- Lorena, se me olvidaba… ayer un chico llamó a la puerta de tu casa. No me dijo quién era, ni me dio un mensaje para ti, pero llevaba un casco, rodilleras y coderas. Parecía como si nunca hubiese montado en bici.
En ese preciso instante cuando escuchaba sus palabras con atención infinita salí corriendo en busca de Martín. Tenía la ligera sensación de haber vivido esto en otro momento… Sólo para cuando llegué a su portal, lo ví paseando con una chica agarrado a su cintura al atardecer. Volvió la cabeza atrás un instante, pero pareció no verme, y si lo hizo, no me dijo nada.
Así es la vida, lo que te da de más, te lo quita. Martín y Lorena, nunca llegaron a conocerse por recibir una información equivocada.
Una vez coincidieron en el cine. Cada uno tenía sus parejas. Sus almas salieron de sus cuerpos y se unieron en butacas diferentes. Ambas almas se miraron, se tocaron transparentes, se abrazaron fuertemente, mientras él le susurraba al oído: “Nunca más, nadie en medio de entre tu y yo”
Aunque puede que esto último, sólo fuese un sueño.
A mi me cambió la vida cuando estaba conociendo a Martín, me decía que alguna vez me había visto pasear despreocupada con mi bicicleta de colores, dejando una estela de alegría allá donde iba. En ese preciso instante, en el que escuchaba sus palabras con atención infinita, me llegó un mensaje al móvil y tuve que salir corriendo al aeropuerto. Carlos estaba apunto de llegar a Barcelona.
Carlos, un buen amigo de la infancia al que no veía desde hacía más de diez años, siempre habíamos conservado el contacto, no sé porqué no me avisó antes de su llegada. Según me dijo él más tarde, es que así tenía más emoción la cosa y la sorpresa y el asombro, lógicamente sería mayor.
Tuvimos un día íncreible, cargamos con las mochilas de un lado a otro y en lo que dio una mañana y una tarde le enseñé los principales monumentos y lugares que ofrece Barcelona. Montjuic, La Plaza España, Las Ramblas de Barcelona, Colón y un poco del Paseo Marítimo. (Es lo rimero que suelen ver los extranjeros)
Agotados y con la noche echada ya encima, decidimos subir al piso y dejar las mochilas para descansar un poco. Mientras Carlos se duchaba yo preparaba algo de cenar, “Algo ligero si no te importa, tengo aún el estomago algo revuelto del vuelo” Hice un pica-pica: jamoncito, quesito, una ensalada y un buen vinito. Después de la cena y con la copa en la mesita auxiliar hice que se tumbara en el sofá y corrí la ventana, si te tumbabas bocarriba se podían ver las estrellas y un paseo largísimo todo iluminado con bombillas naranjas. El piso era tan alto que no llegaba ni la polución ni el ruido demencial de la ciudad, pero las vistas eran magníficas.
-Ahora sí, ya lo puedes gritar, ya puedes decir que estás en Barcelona, en el corazón de la ciudad, en pleno centro.
- ¡Estoy en Barcelona!
- ¿Solo puedes gritar eso? ¡Vamos grítalo más fuerte! ¡Que llegue al cielo!
- ¡Estoy en Barcelona!
- No pareces convencido del todo Carlos, ¿Qué te pasa? ¡Vamos con ganas! ¡Estoy en Barcelona!
- ¡Estoy enamorado de ti!
Carlos sólo iba a estar un fin de semana en Barcelona, posiblemente no nos volveríamos a ver en años y tampoco creo que estuviese enamorado de mí, si no que tendría tantas ganas como yo de pasar un buen rato. A veces esas cosas pasan. No sabes porqué, pero pasan. Si es el vino, la noche o el sexo. Mientras que no se confundan sentimientos y cada uno tenga claro su camino… ¿Porqué no disfrutar del momento?
Mis braguitas acabaron en el paseo largísimo todo iluminado con bombillitas naranjas.
Al día siguiente y con Camela a todo volumen llamaron a mi puerta.
- Vaya, creo que me he equivocado de piso…
- No, espera, yo no soy el propietario del piso. ¿A quién buscas?
- Buscaba a Lorena.
(¿Por qué me has engañado? ¿Quién es él? ¿Por qué me has hecho daño? Cuéntame…)
- Lorena ahora mismo se está duchando, ¿Quieres que le diga algo? ¿Quién eres?
- No, no importa, no le digas nada. Hasta luego.
Llegó el domingo y la hora de despedirse, ambos habían pasado un buen fin de semana. Tuvieron que comprar una tarjeta de memoria más grande para la cámara de fotos. Prometieron verse pronto, pero sabían que pasarían muchos años sin verse.
- Lorena, se me olvidaba… ayer un chico llamó a la puerta de tu casa. No me dijo quién era, ni me dio un mensaje para ti, pero llevaba un casco, rodilleras y coderas. Parecía como si nunca hubiese montado en bici.
En ese preciso instante cuando escuchaba sus palabras con atención infinita salí corriendo en busca de Martín. Tenía la ligera sensación de haber vivido esto en otro momento… Sólo para cuando llegué a su portal, lo ví paseando con una chica agarrado a su cintura al atardecer. Volvió la cabeza atrás un instante, pero pareció no verme, y si lo hizo, no me dijo nada.
Así es la vida, lo que te da de más, te lo quita. Martín y Lorena, nunca llegaron a conocerse por recibir una información equivocada.
Una vez coincidieron en el cine. Cada uno tenía sus parejas. Sus almas salieron de sus cuerpos y se unieron en butacas diferentes. Ambas almas se miraron, se tocaron transparentes, se abrazaron fuertemente, mientras él le susurraba al oído: “Nunca más, nadie en medio de entre tu y yo”
Aunque puede que esto último, sólo fuese un sueño.
jueves, 13 de marzo de 2008
LA GATITA TIENE UN JUGUETE
Ciertamente la vida es bella, está llena de momentos maravillosos. La gente sonríe a mi alrededor y es feliz. Con la llegada de la primavera, los corazones se alegran, los días son más largos porque el sol tarda más en irse a dormir, la gente busca ropas más ligeras que ponerse para salir, las tensiones suben, los chicos y las chicas se enamoran y la vida es más alegre y divertida.
Para mí, continuamente es invierno. Un invierno crudo, duro y frío invierno, lleno de tempestades, tristeza y amargura.
Mi vida empezó a ser así cuando conocí a Paco. De eso hace ya cuatro años, cuatro años eternos. Cuando nos conocimos todo eran atenciones, cariños, buenos modales y palabras, susurros al oído y besos llenos de amor y de pasión. Actualmente me pega brutales palizas de las que cada vez me cuesta más salir con vida.
Me siento muy pequeña y frágil al lado de mi marido, pero sé perfectamente que el que se siente pequeño e indefenso es él. Tengo tanto miedo de los rumores, de que alguien pueda llamarle la atención por mis moratones, que ya ni salgo de casa. Lo justo para hacer la compra y poco más.
Y sí, sé que la vida es bella, se que la vida está llena de momentos maravillosos, lo sé porque una vez viví esa vida, pero ahora me parecen tan lejanos esos momentos, que apenas los recuerdo.
Una noche, mientras lloraba en el cuarto de baño desnuda, golpeada y violada por mi marido, cogí una cuchilla y estaba dispuesta a quitarme la vida, cuando caí en la cuenta de que yo no quería morir, yo quería vivir, vivir la vida, pero lejos de Paco, quería una vida normal, la vida que puede llevar una mujer normal fuera del maltrato físico y psicológico. Quería ser una mujer libre y encontré una solución.
Al día siguiente, busqué una conexión a Internet, mi salida empezaba por ahí, tenía que buscar un método para acabar con todo esto y la clave estaba en la red, al menos era el único lugar dónde yo pensaba que podría hallarla. No iba a ser fácil salir de todo esto, pero me había llenado de coraje suficiente. No estaba dispuesta a aguantar más humillaciones por su parte, ni una paliza más, ni más huesos fracturados, ni más moratones en mi piel.
Buscando buscando, encontré mi solución a un alto precio, que no me podía permitir pagar por ninguno de los lados. Paco no me permitía trabajar y no disponía de dinero propio, o al menos no del que necesitaba para pagar aquel veneno que prometía la muerte de una persona en treinta días. Tuve que hacer un trabajo sucio del que no me siento muy orgullosa con el pakistaní de la tienda, para que aceptara el paquete con el veneno en su tienda, ya que no podía dejar que me lo enviasen a casa. Pero nada me iba a impedir mi libertad. Costase lo que costase.
Tras unos días llegó el frasco de 20ml, inodoro, incoloro e insípido, una sola gota en cada comida, tres veces al día, pero Paco apenas comía, sólo bebía… 1 gota en cada bebida pensé.
Aquella misma noche, mientras con una mano me desgarraba el útero con sus largas y sucias uñas, le dije que le había comprado un whisky de importación. Me dejó el coño tranquilo y me ordenó que se lo trajese. Me levante y fui a la cocina, le preparé uno bien cargado y me saqué del delantal mi preciado frasquito, esperaba que no supiese a nada y como no había ido a comer por la mañana, pensé en echar un par de gotas. En ese momento, Paco abrió la puerta de la cocina y me vio echándole la gota en el vaso.
- ¿Qué estás haciendo Lucía? ¿Qué es ese frasquito y esas gotitas que le estás echando a mi whisky? ¿Qué quieres envenenarme? ¿Quieres matar a tu marido? ¿Crees que soy estúpido? ¿Desde cuando me compras el whisky? Mujer estúpida, yo, que me parto la espalda trabajando para ti, para que podamos tener una casa juntos, una vida feliz…
- ¡Pero es que yo no soy feliz Paco, no soy feliz a tu lado! ¡Cómo voy a ser feliz con alguien como tú! ¡Bestia!
- ¿Bestia? – Y le pegó un guantazo a su mujer con los nudillos que la estrelló en la pared.- Vuelve a repetir que soy una bestia, verás de lo que es capaz de hacer este animal. Dame ese frasco que tienes ahí.
- No Paco, déjame, no te lo voy a dar. ¡Dejame tranquila!
Paco la cogió por el pelo y le susurró su muerte al oído: -Estoy harto de ti puerca, quieres matar a tu marido, pero antes te quitaré yo la vida, nadie y menos tú va acabar conmigo.
Esta vez Lucía tenía claro que si no se enfrentaba a Paco, jamás iba a ser feliz, su vida acabaría hoy y su plan había terminado nada más empezar.
Paco, estrelló la cabeza de su mujer en la pared y de un puñetazo la mando al duro suelo de la cocina, Lucía luchó por ponerse en pie, la cogió de la muñeca derecha y la llevó al salón donde su frente dio a parar en la vitrina de cristal cortándole la cara. La tiró de medio cuerpo en la mesa y le desgarró la camisa, le bajó el pantalón y las bragas y mientras babeaba como un poseso encima de ella, Lucía supo que era su oportunidad. Su rodilla dio en su entrepierna dejándole sin respiración y unos segundos de ventaja, por lo menos para quitárselo de encima y huir. Pero, ¿Hacia dónde? La cara le sangraba y apenas veía bien con un ojo por el puñetazo que le propinó anteriormente.
Paco se repuso hábil del rodillazo de su mujer y cogió el cuchillo que estaba encima de la mesa. Fue lentamente hacia ella que nuevamente estaba en la cocina, a Lucía le temblaban hasta las bragas, cogió la botella de whisky y la partió por la mitad en la mesa de la encimera.
- Jajaja, la gatita tiene un juguete, jajaja. Te vas a enterar hija de puta, vas a pagar caro todo el numerito que estás montando. Suelta la botella ahora mismo si no quieres cavar tu propia fosa. ¡Suelta la botella Lucía!
Y la envistió como una bestia con el cuchillo en la mano, pero Lucía le esquivó y con un trozo de cristal de la botella le rajó la cara. Paco se paró para tocarse el cachete y chupar la sangre de la herida, ella le golpeó en la mano que tenía el cuchillo y le clavó la botella debajo del abdomen. Un silencio se produjo en la cocina.
- ¿Crees que con esto me vas a matar? ¿Crees que esto es suficiente para acabar conmigo?- Dijo Paco mientras intentaba andar hacia ella y quitarse la botella que tenía clavada.- El primer intento le resulto imposible, pero lo consiguió al segundo. Con el casco de la botella en la mano derecha y con la izquierda taponándose la herida, salió corriendo hacia su mujer, pero a mitad de camino cayó de rodillas en el suelo.
Lucía cogió las llaves y salió corriendo de su casa dejando que se desangrara en el salón.
Actualmente Lucía se encuentra en prisión por homicidio, ya que nunca había denunciado a su marido.
NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO.
Para mí, continuamente es invierno. Un invierno crudo, duro y frío invierno, lleno de tempestades, tristeza y amargura.
Mi vida empezó a ser así cuando conocí a Paco. De eso hace ya cuatro años, cuatro años eternos. Cuando nos conocimos todo eran atenciones, cariños, buenos modales y palabras, susurros al oído y besos llenos de amor y de pasión. Actualmente me pega brutales palizas de las que cada vez me cuesta más salir con vida.
Me siento muy pequeña y frágil al lado de mi marido, pero sé perfectamente que el que se siente pequeño e indefenso es él. Tengo tanto miedo de los rumores, de que alguien pueda llamarle la atención por mis moratones, que ya ni salgo de casa. Lo justo para hacer la compra y poco más.
Y sí, sé que la vida es bella, se que la vida está llena de momentos maravillosos, lo sé porque una vez viví esa vida, pero ahora me parecen tan lejanos esos momentos, que apenas los recuerdo.
Una noche, mientras lloraba en el cuarto de baño desnuda, golpeada y violada por mi marido, cogí una cuchilla y estaba dispuesta a quitarme la vida, cuando caí en la cuenta de que yo no quería morir, yo quería vivir, vivir la vida, pero lejos de Paco, quería una vida normal, la vida que puede llevar una mujer normal fuera del maltrato físico y psicológico. Quería ser una mujer libre y encontré una solución.
Al día siguiente, busqué una conexión a Internet, mi salida empezaba por ahí, tenía que buscar un método para acabar con todo esto y la clave estaba en la red, al menos era el único lugar dónde yo pensaba que podría hallarla. No iba a ser fácil salir de todo esto, pero me había llenado de coraje suficiente. No estaba dispuesta a aguantar más humillaciones por su parte, ni una paliza más, ni más huesos fracturados, ni más moratones en mi piel.
Buscando buscando, encontré mi solución a un alto precio, que no me podía permitir pagar por ninguno de los lados. Paco no me permitía trabajar y no disponía de dinero propio, o al menos no del que necesitaba para pagar aquel veneno que prometía la muerte de una persona en treinta días. Tuve que hacer un trabajo sucio del que no me siento muy orgullosa con el pakistaní de la tienda, para que aceptara el paquete con el veneno en su tienda, ya que no podía dejar que me lo enviasen a casa. Pero nada me iba a impedir mi libertad. Costase lo que costase.
Tras unos días llegó el frasco de 20ml, inodoro, incoloro e insípido, una sola gota en cada comida, tres veces al día, pero Paco apenas comía, sólo bebía… 1 gota en cada bebida pensé.
Aquella misma noche, mientras con una mano me desgarraba el útero con sus largas y sucias uñas, le dije que le había comprado un whisky de importación. Me dejó el coño tranquilo y me ordenó que se lo trajese. Me levante y fui a la cocina, le preparé uno bien cargado y me saqué del delantal mi preciado frasquito, esperaba que no supiese a nada y como no había ido a comer por la mañana, pensé en echar un par de gotas. En ese momento, Paco abrió la puerta de la cocina y me vio echándole la gota en el vaso.
- ¿Qué estás haciendo Lucía? ¿Qué es ese frasquito y esas gotitas que le estás echando a mi whisky? ¿Qué quieres envenenarme? ¿Quieres matar a tu marido? ¿Crees que soy estúpido? ¿Desde cuando me compras el whisky? Mujer estúpida, yo, que me parto la espalda trabajando para ti, para que podamos tener una casa juntos, una vida feliz…
- ¡Pero es que yo no soy feliz Paco, no soy feliz a tu lado! ¡Cómo voy a ser feliz con alguien como tú! ¡Bestia!
- ¿Bestia? – Y le pegó un guantazo a su mujer con los nudillos que la estrelló en la pared.- Vuelve a repetir que soy una bestia, verás de lo que es capaz de hacer este animal. Dame ese frasco que tienes ahí.
- No Paco, déjame, no te lo voy a dar. ¡Dejame tranquila!
Paco la cogió por el pelo y le susurró su muerte al oído: -Estoy harto de ti puerca, quieres matar a tu marido, pero antes te quitaré yo la vida, nadie y menos tú va acabar conmigo.
Esta vez Lucía tenía claro que si no se enfrentaba a Paco, jamás iba a ser feliz, su vida acabaría hoy y su plan había terminado nada más empezar.
Paco, estrelló la cabeza de su mujer en la pared y de un puñetazo la mando al duro suelo de la cocina, Lucía luchó por ponerse en pie, la cogió de la muñeca derecha y la llevó al salón donde su frente dio a parar en la vitrina de cristal cortándole la cara. La tiró de medio cuerpo en la mesa y le desgarró la camisa, le bajó el pantalón y las bragas y mientras babeaba como un poseso encima de ella, Lucía supo que era su oportunidad. Su rodilla dio en su entrepierna dejándole sin respiración y unos segundos de ventaja, por lo menos para quitárselo de encima y huir. Pero, ¿Hacia dónde? La cara le sangraba y apenas veía bien con un ojo por el puñetazo que le propinó anteriormente.
Paco se repuso hábil del rodillazo de su mujer y cogió el cuchillo que estaba encima de la mesa. Fue lentamente hacia ella que nuevamente estaba en la cocina, a Lucía le temblaban hasta las bragas, cogió la botella de whisky y la partió por la mitad en la mesa de la encimera.
- Jajaja, la gatita tiene un juguete, jajaja. Te vas a enterar hija de puta, vas a pagar caro todo el numerito que estás montando. Suelta la botella ahora mismo si no quieres cavar tu propia fosa. ¡Suelta la botella Lucía!
Y la envistió como una bestia con el cuchillo en la mano, pero Lucía le esquivó y con un trozo de cristal de la botella le rajó la cara. Paco se paró para tocarse el cachete y chupar la sangre de la herida, ella le golpeó en la mano que tenía el cuchillo y le clavó la botella debajo del abdomen. Un silencio se produjo en la cocina.
- ¿Crees que con esto me vas a matar? ¿Crees que esto es suficiente para acabar conmigo?- Dijo Paco mientras intentaba andar hacia ella y quitarse la botella que tenía clavada.- El primer intento le resulto imposible, pero lo consiguió al segundo. Con el casco de la botella en la mano derecha y con la izquierda taponándose la herida, salió corriendo hacia su mujer, pero a mitad de camino cayó de rodillas en el suelo.
Lucía cogió las llaves y salió corriendo de su casa dejando que se desangrara en el salón.
Actualmente Lucía se encuentra en prisión por homicidio, ya que nunca había denunciado a su marido.
NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO.
miércoles, 12 de marzo de 2008
CITAS Y FRASES CÉLEBRES (II)
YO, COMO DON QUIJOTE, ME INVENTO PASIONES PARA EJERCITARME.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
lunes, 10 de marzo de 2008
GRAN HERMANO: ELECCIONES `08 (PARODIA)
Suena la sintonía de Gran Hermano en la tele y aparece Mercedes Milá.
- Buenas noches queridos espectadores y bienvenidos a esta edición especial de Gran Hermano: Elecciones ´08. Hoy tenemos un programa… estoy encantadísima con el programa que tenemos hoy. (se dirige al público y sonríe) Mirad, yo hasta de gala me he vestido (se gira y vuelve a girar) ¿Qué os parece? ¿No es precioso? Pues lo es, lo es. Y este peinado tan juvenil que me ha hecho Mayte, mi estilista, que desde aquí le mando un besazo enorme.
Bueno a lo que iba que ya me despisto y no se muy bien ni lo que digo. Esta noche, tenemos aquí en Gran Hermano: Elecciones `08 a dos invitados de honor. Son los acompañantes de nuestros nominados que vienen a dar su opinión sobre como ven a sus compañeros. A mi izquierda tenemos a Carme Chacón y a mi derecha a Esperanza Aguirre. Pero antes de pedir su opinión, vamos a ver un video sobre el primer debate entre nuestros nominados: Jose Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, debate, debidamente moderado por el presentador Pablo Motos.
- Después de ver este video se le quitan a uno las ganas de cenar… es broma compañeros, es broma. Carme, ¿Cómo ha visto usted al Sr. Zapatero?
- Yo verdaderamente, creo que la cara de Mr. Bean la ha clavao, que el café ahora cueste cuatrocientos euros, bueno... es una cosa que ciertamente podría pasar, aunque el Sr. Zapatero o se pasa o no llega. Por lo demás, lo he visto bastante bien, hasta yo pensé que era culo pero resultó ser codo…
- Y usted Esperanza ¿Cómo ha visto al lider de la oposición?
- Yo creo que cuando the eye saltón this que tiene Mr. Rajoy salta de sus órbitas esta mintiendo, quiero decir, que dice the truth vamos, jajajaa, si si. Eso es, the truth. No creo que Mr. Rajoy haya dicho la verdad en ningún momento…¡ay! Cómo estoy hoy… entre the truth y the lie me hago tal lio… es que ya no sé ni diferenciarlas… jajaja. Bueno, que la cara de popeye ha sido estupenda, wonderful Eso es.
- Yo creo que la que es estupenda aquí soy yo, pero decirme estas cosas yo misma queda fatal así que prefiero que lo diga mi público y que ustedes, desde casa voteis, podéis enviar un sms con la palabra GHE un espacio y Si o No al 5555 y por el… jajajaja. Compañeros, compañeros, MODERACIÓN, moderación. Con ese mensaje podréis decidir si estoy divina o no.
Y a todo esto, ¿Quién creen que ganará las Elecciones ´08?
- Yo estoy con Zapatero.
- Yo con Pablo Motos. ¡Ay no no! Con Popeye… que diga, Rajoy.
- Bueno, cómo veo que aquí ninguna de ellas dos se ponen de acuerdo vamos a conectar en directo con los nominados: Sr. Zapatero, Buenas noches.
- Buenaz nochez Merzedes, ¿Qué tal está?
- Divina, Jose Luis, cómo voy a estar, divina.
- Buenas Noches Sr. Rajoy.
- Buenas noches Sra. Milá, buenas noches.
- Supongo que tendreis los nervios a flor de piel, piel suave y tersa como la mía, porque yo uso los mejores productos en salud y belleza, que cuidarse es muy importante y por eso ni fumo, ni consiento que nadie lo haga, así que apagad todos vuestros cigarrillos en casa o no daré los resultados de estás Elecciones ´08 que tanto parecen importar. Es broma compañeros.
La audiencia, ha decidido que, con un 43,67% de los votos, gobierne durante cuatro años más en España: ...Zapatero!! (a lo Penélope Cruz en los Oscar) Deshaga las maletas Sr. Zapatero que se queda en la Moncloa cuatro años más.
- Graciaz Españolez, os doy mis maz, sinzeras enhorabuena, porque no solo he ganado yo, con vuestros votos, hemos ganado, todoz, los españoles. Buenas nochez y mucha suerte.
- Hasta aquí Gran Hermano: Elecciones ´08. Buenas noches compañeros.
- Buenas noches queridos espectadores y bienvenidos a esta edición especial de Gran Hermano: Elecciones ´08. Hoy tenemos un programa… estoy encantadísima con el programa que tenemos hoy. (se dirige al público y sonríe) Mirad, yo hasta de gala me he vestido (se gira y vuelve a girar) ¿Qué os parece? ¿No es precioso? Pues lo es, lo es. Y este peinado tan juvenil que me ha hecho Mayte, mi estilista, que desde aquí le mando un besazo enorme.
Bueno a lo que iba que ya me despisto y no se muy bien ni lo que digo. Esta noche, tenemos aquí en Gran Hermano: Elecciones `08 a dos invitados de honor. Son los acompañantes de nuestros nominados que vienen a dar su opinión sobre como ven a sus compañeros. A mi izquierda tenemos a Carme Chacón y a mi derecha a Esperanza Aguirre. Pero antes de pedir su opinión, vamos a ver un video sobre el primer debate entre nuestros nominados: Jose Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, debate, debidamente moderado por el presentador Pablo Motos.
- Después de ver este video se le quitan a uno las ganas de cenar… es broma compañeros, es broma. Carme, ¿Cómo ha visto usted al Sr. Zapatero?
- Yo verdaderamente, creo que la cara de Mr. Bean la ha clavao, que el café ahora cueste cuatrocientos euros, bueno... es una cosa que ciertamente podría pasar, aunque el Sr. Zapatero o se pasa o no llega. Por lo demás, lo he visto bastante bien, hasta yo pensé que era culo pero resultó ser codo…
- Y usted Esperanza ¿Cómo ha visto al lider de la oposición?
- Yo creo que cuando the eye saltón this que tiene Mr. Rajoy salta de sus órbitas esta mintiendo, quiero decir, que dice the truth vamos, jajajaa, si si. Eso es, the truth. No creo que Mr. Rajoy haya dicho la verdad en ningún momento…¡ay! Cómo estoy hoy… entre the truth y the lie me hago tal lio… es que ya no sé ni diferenciarlas… jajaja. Bueno, que la cara de popeye ha sido estupenda, wonderful Eso es.
- Yo creo que la que es estupenda aquí soy yo, pero decirme estas cosas yo misma queda fatal así que prefiero que lo diga mi público y que ustedes, desde casa voteis, podéis enviar un sms con la palabra GHE un espacio y Si o No al 5555 y por el… jajajaja. Compañeros, compañeros, MODERACIÓN, moderación. Con ese mensaje podréis decidir si estoy divina o no.
Y a todo esto, ¿Quién creen que ganará las Elecciones ´08?
- Yo estoy con Zapatero.
- Yo con Pablo Motos. ¡Ay no no! Con Popeye… que diga, Rajoy.
- Bueno, cómo veo que aquí ninguna de ellas dos se ponen de acuerdo vamos a conectar en directo con los nominados: Sr. Zapatero, Buenas noches.
- Buenaz nochez Merzedes, ¿Qué tal está?
- Divina, Jose Luis, cómo voy a estar, divina.
- Buenas Noches Sr. Rajoy.
- Buenas noches Sra. Milá, buenas noches.
- Supongo que tendreis los nervios a flor de piel, piel suave y tersa como la mía, porque yo uso los mejores productos en salud y belleza, que cuidarse es muy importante y por eso ni fumo, ni consiento que nadie lo haga, así que apagad todos vuestros cigarrillos en casa o no daré los resultados de estás Elecciones ´08 que tanto parecen importar. Es broma compañeros.
La audiencia, ha decidido que, con un 43,67% de los votos, gobierne durante cuatro años más en España: ...Zapatero!! (a lo Penélope Cruz en los Oscar) Deshaga las maletas Sr. Zapatero que se queda en la Moncloa cuatro años más.
- Graciaz Españolez, os doy mis maz, sinzeras enhorabuena, porque no solo he ganado yo, con vuestros votos, hemos ganado, todoz, los españoles. Buenas nochez y mucha suerte.
- Hasta aquí Gran Hermano: Elecciones ´08. Buenas noches compañeros.
viernes, 7 de marzo de 2008
DAMA DE HONOR
Una vez en el baile de la boda de su prima, una mano extraña le hizo llegar una nota:
“Mi señora, está usted deslumbrante, reúnase conmigo en el cobertizo del granero. La esperaré allí.”
No pudo por más ruborizarse, miró a los hombres, todos reunidos entre sí, riendo y bebiendo cerveza sin echar cuentas a nadie, y a las mujeres, que cuidaban de los traviesos pequeños que correteaban por las praderas. Hizo saber a su pareja de baile que iba a tomar algo y con disimulo huyó furtivamente de la fiesta.
Una vez llegó al granero subió por la escalera de madera que daba al cobertizo, allí dio con la persona que le entregó la nota. Sin apenas dejarle hablar, sus labios fueron a parar a su boca y con suma delicadeza la tendió sobre la fina paja que los rodeaba.
Desabrochó con cuidado el lazo que cerraba la camisa dejando a la vista su cuello, largo y blanco como el de un cisne. Descubrió a una mujer de generosos pechos, redondos como melocotones, de suave textura y dulce sabor dispuestos a su merced. Los contempló sin prisa, mojando las yemas de sus dedos en saliva, tocando con alevosía los rugosos pezones, acariciando el cauce entre seno y seno, recorriendo con su lengua la forma de sus pechos.
Sus besos comenzaron a bajar desde las más altas cumbres como una lengua de fuego que abrasaba todo a su paso. Sus manos dibujaron su cintura y su boca se detuvo en sus caderas, anchas como las de un botijo.
-Mi Señora, necesitaría días para recorrerla entera, tanta hermosura es abrumadora.
Siguió intrépido el joven en su busca, bajando por el sendero hasta llegar a lo más profundo de su valle. Agüita de puchero encontró más abajo, pero él ya había decidido jugar al despiste con ella. Pasó rozando eso sí, no pensase en desprecio alguno.
Rollizos y trémulos muslos que vibraban al compás de su corazón, el joven hundió su cara en ellos, encontrándose los vellos erizados por la excitación, que como gato lamió sin pudor ni vergüenza alguna. Pequeños grititos soltaba la moza que rezaba sus plegarias a un Dios al cual hacer tal “obscenidad” podría desembocar en pecado capital.
Haciendo caso omiso el joven, ya podría rezar el rosario entero si gustase, hundió su nariz en el frondoso bosque, y como el que entra en una gruta donde el mar se encuentra cercano, una cálida y mojada humedad le sacudió por completo. Su lengua se sumergió en aguas profundas, oleadas saladas de placer, sus manos subieron por sus anchas caderas y las aposentó en sus pechos. Los rezos cesaron porque sus labios se secaron, todos sus fluidos se iban por una misma dirección. Jadeante, su respiración nunca había estado tan agitada, pronunció una sola vez su nombre y ya no pudo dejar de repetirlo.
Sentía pánico de que la moza comenzase a chillar como puerco de granja, paró su faenar para encontrarse con su mirada, pero sus ojos se encontraban de vuelta en lo más profundo de su ser.
-Señora…
Con su boca llena de ella la besó indecente. Aprovechó el despiste la moza para bajarle por completo los pantalones, el introdujo uno de sus dedos, también comparables con porras para mojar en el café y descubrió que bailaba dentro de ella. Separó la moza aún más sus muslos para dejar paso a lo que se avecinaba. Se apresuró el joven a satisfacer el mandato de su señora y ella abrió los ojos de par en par, su cara se encendió como una bombilla, un fuego interno la recorría de arriba abajo. Clavó sus uñas en las nalgas del joven dejándole marca seguro. No había sensación igualable a la que ellos dos sentían en esos momentos. Cuarenta y tantos grados de calor interno y setenta y tantos quilos empujando con ímpetu el grueso cuerpo de su señora.
Pero el joven mozo paro inesperadamente el ritmo de su marcha, la extasiada mujer no se percató hasta que grandes gotas, demasiado grandes para ser sudor, comenzaron a estrellarse en su estomago.
El joven tenía la mirada fija en ella y emanaba sangre por la boca.
Asustada la hermosa mujer, empezó a gritar nerviosa, que no fue nada comparable a lo que se escuchó a continuación.
- ¡¡¡ RAMERAAAA !!! ¡Hija del demonio! Te pudrirás en el infierno por fornicadora y por deshonra a tu marido. ¡¡PUTA BARATA!! ¿Qué son esos gemidos que producías? ¡Nunca! ¡Jamás en diez años de matrimonio has pronunciado mi nombre con tantas hambres como pronunciabas el suyo!
Ahora puedes llorar. ¡Llora y grita si te apetece! Porque esta será la última vez que podrás hacerlo.
Sácole el cuchillo de la espalda que al joven mozo había ensartado como a un trozo de carne y tendió a su mujer en la paja de nuevo.
Encima de ella y agarrándola por el cuello como a los pollos, pasó su lengua por el sudor de sus redondos pechos como hizo el joven mozo anteriormente. La bestia al recordar la escena, la rajó de arriba abajo abriéndola en canal y le clavó el cuchillo en el corazón. Se levantó y girándole la cara a la que fue su mujer le rajó el pómulo izquierdo, luego le escupió en la cara y se fue.
- …Puta ramera…
“Mi señora, está usted deslumbrante, reúnase conmigo en el cobertizo del granero. La esperaré allí.”
No pudo por más ruborizarse, miró a los hombres, todos reunidos entre sí, riendo y bebiendo cerveza sin echar cuentas a nadie, y a las mujeres, que cuidaban de los traviesos pequeños que correteaban por las praderas. Hizo saber a su pareja de baile que iba a tomar algo y con disimulo huyó furtivamente de la fiesta.
Una vez llegó al granero subió por la escalera de madera que daba al cobertizo, allí dio con la persona que le entregó la nota. Sin apenas dejarle hablar, sus labios fueron a parar a su boca y con suma delicadeza la tendió sobre la fina paja que los rodeaba.
Desabrochó con cuidado el lazo que cerraba la camisa dejando a la vista su cuello, largo y blanco como el de un cisne. Descubrió a una mujer de generosos pechos, redondos como melocotones, de suave textura y dulce sabor dispuestos a su merced. Los contempló sin prisa, mojando las yemas de sus dedos en saliva, tocando con alevosía los rugosos pezones, acariciando el cauce entre seno y seno, recorriendo con su lengua la forma de sus pechos.
Sus besos comenzaron a bajar desde las más altas cumbres como una lengua de fuego que abrasaba todo a su paso. Sus manos dibujaron su cintura y su boca se detuvo en sus caderas, anchas como las de un botijo.
-Mi Señora, necesitaría días para recorrerla entera, tanta hermosura es abrumadora.
Siguió intrépido el joven en su busca, bajando por el sendero hasta llegar a lo más profundo de su valle. Agüita de puchero encontró más abajo, pero él ya había decidido jugar al despiste con ella. Pasó rozando eso sí, no pensase en desprecio alguno.
Rollizos y trémulos muslos que vibraban al compás de su corazón, el joven hundió su cara en ellos, encontrándose los vellos erizados por la excitación, que como gato lamió sin pudor ni vergüenza alguna. Pequeños grititos soltaba la moza que rezaba sus plegarias a un Dios al cual hacer tal “obscenidad” podría desembocar en pecado capital.
Haciendo caso omiso el joven, ya podría rezar el rosario entero si gustase, hundió su nariz en el frondoso bosque, y como el que entra en una gruta donde el mar se encuentra cercano, una cálida y mojada humedad le sacudió por completo. Su lengua se sumergió en aguas profundas, oleadas saladas de placer, sus manos subieron por sus anchas caderas y las aposentó en sus pechos. Los rezos cesaron porque sus labios se secaron, todos sus fluidos se iban por una misma dirección. Jadeante, su respiración nunca había estado tan agitada, pronunció una sola vez su nombre y ya no pudo dejar de repetirlo.
Sentía pánico de que la moza comenzase a chillar como puerco de granja, paró su faenar para encontrarse con su mirada, pero sus ojos se encontraban de vuelta en lo más profundo de su ser.
-Señora…
Con su boca llena de ella la besó indecente. Aprovechó el despiste la moza para bajarle por completo los pantalones, el introdujo uno de sus dedos, también comparables con porras para mojar en el café y descubrió que bailaba dentro de ella. Separó la moza aún más sus muslos para dejar paso a lo que se avecinaba. Se apresuró el joven a satisfacer el mandato de su señora y ella abrió los ojos de par en par, su cara se encendió como una bombilla, un fuego interno la recorría de arriba abajo. Clavó sus uñas en las nalgas del joven dejándole marca seguro. No había sensación igualable a la que ellos dos sentían en esos momentos. Cuarenta y tantos grados de calor interno y setenta y tantos quilos empujando con ímpetu el grueso cuerpo de su señora.
Pero el joven mozo paro inesperadamente el ritmo de su marcha, la extasiada mujer no se percató hasta que grandes gotas, demasiado grandes para ser sudor, comenzaron a estrellarse en su estomago.
El joven tenía la mirada fija en ella y emanaba sangre por la boca.
Asustada la hermosa mujer, empezó a gritar nerviosa, que no fue nada comparable a lo que se escuchó a continuación.
- ¡¡¡ RAMERAAAA !!! ¡Hija del demonio! Te pudrirás en el infierno por fornicadora y por deshonra a tu marido. ¡¡PUTA BARATA!! ¿Qué son esos gemidos que producías? ¡Nunca! ¡Jamás en diez años de matrimonio has pronunciado mi nombre con tantas hambres como pronunciabas el suyo!
Ahora puedes llorar. ¡Llora y grita si te apetece! Porque esta será la última vez que podrás hacerlo.
Sácole el cuchillo de la espalda que al joven mozo había ensartado como a un trozo de carne y tendió a su mujer en la paja de nuevo.
Encima de ella y agarrándola por el cuello como a los pollos, pasó su lengua por el sudor de sus redondos pechos como hizo el joven mozo anteriormente. La bestia al recordar la escena, la rajó de arriba abajo abriéndola en canal y le clavó el cuchillo en el corazón. Se levantó y girándole la cara a la que fue su mujer le rajó el pómulo izquierdo, luego le escupió en la cara y se fue.
- …Puta ramera…
martes, 4 de marzo de 2008
NO SE VENDEN POR SEPARADO
La tienda “Hecho en casa” cierra sus puertas de Lunes a Viernes a las nueve de la noche.
Esta pequeña tienda de barrio, tiene su propio taller artesanal donde todas sus figuritas de madera están echas al detalle.
Desde hace unas semanas, cuando Miquel cierra la tienda Hecho en casa, se escucha un lamento agónico, continuo, que tiene a todos los objetos y figuritas pendientes de un solo muñequito que pasea su pena por todos los estantes y pasillos de la pequeña juguetería.
- Mi corazón sin ti…. Victoria, mi corazón sin ti.
Hace unas semanas que se llevaron a la pastora Victoria dejando solo el corazón de Andrés el pastor. Ya no saca el rebaño de paseo, su zurrón suele estar vacío, ya no cuenta a los demás muñequitos historias del pastoreo y de cómo se enfrentó una vez a un lobo feroz para salvar a todo el rebaño, Andrés ya no hace nada de eso, sólo llora por su amor, Victoria.
Harto un día de escuchar a su amigo el Sargento Clemente (también de madera) “Deja de lloriquear Pastor, que pareces una nenaza” y a sus compañeros la rana y el coche de Formula 1, decidió escuchar a la dulce y encantadora bailarina Noelia, que le aconsejó desde el cariño, aunque con su cabeza llena de serrin que fuese en busca de Victoria y que la trajera de vuelta a la tienda. Idea que fascinó a Andrés y la puso en marcha enseguida.
Aquella misma noche, llenó su zurrón de comida y su cantimplora de agua, para el duro y agotador camino que le espera hasta encontrar a su amada pastorcita. Se despidió de su rebaño y sus compañeros, los cuales le desearon mucha suerte en su búsqueda. Su amigo el Sargento Clemente, casi lloró por la valentía que aquel pastorcito de madera derrochaba, el no se creía capaz de salir siquiera de su estante.
Andrés salió por la puerta grande, nunca se imaginó que habría fuera de la tienda se quedó maravillado al ver un árbol y la hierba que crecía a su alrededor, pensó en su ovejas, seguramente les encantaría comer de esa hierba, sacó del bolsillo posterior una pequeña navaja y cortó un poco para dárselo a su rebaño en su vuelta. Pero Andrés, con tan mala suerte, que no tuvo tiempo de cruzar la calzada cuando un chico con una moto lo atropelló, dejándolo totalmente destrozado, desmontado en el asfalto, antes de cerrar los ojos pensó en ella.
- Mi corazón sin ti… Victoria, mi corazón sin ti.
A la mañana siguiente, Miquel se encontró al pastorcito en el bordillo de la acera, casi le da un patatús pues cuida a sus figuritas como a sus propios hijos, recogió todas las piezas que encontró y que podían servir para reconstruirlo. Miquel se preguntaba cómo demonios podía haber llegado hasta la calle ese pequeño pastorcito. Una vez reconstruido lo besó en la cabeza y lo colocó en su estante, junto al rebaño de ovejas. Se quedó mirando el hueco que quedaba junto al pastor.
- Tal vez te encuentres sólo, creo que va siendo hora de hacerte una nueva pastorcita para que esté a tu lado. No te reocupes, que pronto tendrás una compañera.
Horas más tarde una mujer entra en la tienda y habla con Miquel:
- Buenos días Sr. Miquel, ¿recuerda que compré esta figurita hace unas semanas para el cumpleaños de mi sobrina? Pues dice que no le gusta, que ya es mayorcita para andar jugando con pastorcitas… me preguntaba si lo podría cambiar por otra cosa.
Finalmente la mujer se llevó una casa de muñecas de tres pisos que tenía todo tipo de detallitos como platos, vasos, mesas y sillitas que pensó distraería más a su sobrina.
Miquel se acercó al pastorcito y colocó nuevamente a Visctoria junto a él, los unió tanto que sus brazos de madera casi se tocaban, creyeron incluso ruborizarse por el contacto. A sus pies, un cartelito que decía:
Esta pequeña tienda de barrio, tiene su propio taller artesanal donde todas sus figuritas de madera están echas al detalle.
Desde hace unas semanas, cuando Miquel cierra la tienda Hecho en casa, se escucha un lamento agónico, continuo, que tiene a todos los objetos y figuritas pendientes de un solo muñequito que pasea su pena por todos los estantes y pasillos de la pequeña juguetería.
- Mi corazón sin ti…. Victoria, mi corazón sin ti.
Hace unas semanas que se llevaron a la pastora Victoria dejando solo el corazón de Andrés el pastor. Ya no saca el rebaño de paseo, su zurrón suele estar vacío, ya no cuenta a los demás muñequitos historias del pastoreo y de cómo se enfrentó una vez a un lobo feroz para salvar a todo el rebaño, Andrés ya no hace nada de eso, sólo llora por su amor, Victoria.
Harto un día de escuchar a su amigo el Sargento Clemente (también de madera) “Deja de lloriquear Pastor, que pareces una nenaza” y a sus compañeros la rana y el coche de Formula 1, decidió escuchar a la dulce y encantadora bailarina Noelia, que le aconsejó desde el cariño, aunque con su cabeza llena de serrin que fuese en busca de Victoria y que la trajera de vuelta a la tienda. Idea que fascinó a Andrés y la puso en marcha enseguida.
Aquella misma noche, llenó su zurrón de comida y su cantimplora de agua, para el duro y agotador camino que le espera hasta encontrar a su amada pastorcita. Se despidió de su rebaño y sus compañeros, los cuales le desearon mucha suerte en su búsqueda. Su amigo el Sargento Clemente, casi lloró por la valentía que aquel pastorcito de madera derrochaba, el no se creía capaz de salir siquiera de su estante.
Andrés salió por la puerta grande, nunca se imaginó que habría fuera de la tienda se quedó maravillado al ver un árbol y la hierba que crecía a su alrededor, pensó en su ovejas, seguramente les encantaría comer de esa hierba, sacó del bolsillo posterior una pequeña navaja y cortó un poco para dárselo a su rebaño en su vuelta. Pero Andrés, con tan mala suerte, que no tuvo tiempo de cruzar la calzada cuando un chico con una moto lo atropelló, dejándolo totalmente destrozado, desmontado en el asfalto, antes de cerrar los ojos pensó en ella.
- Mi corazón sin ti… Victoria, mi corazón sin ti.
A la mañana siguiente, Miquel se encontró al pastorcito en el bordillo de la acera, casi le da un patatús pues cuida a sus figuritas como a sus propios hijos, recogió todas las piezas que encontró y que podían servir para reconstruirlo. Miquel se preguntaba cómo demonios podía haber llegado hasta la calle ese pequeño pastorcito. Una vez reconstruido lo besó en la cabeza y lo colocó en su estante, junto al rebaño de ovejas. Se quedó mirando el hueco que quedaba junto al pastor.
- Tal vez te encuentres sólo, creo que va siendo hora de hacerte una nueva pastorcita para que esté a tu lado. No te reocupes, que pronto tendrás una compañera.
Horas más tarde una mujer entra en la tienda y habla con Miquel:
- Buenos días Sr. Miquel, ¿recuerda que compré esta figurita hace unas semanas para el cumpleaños de mi sobrina? Pues dice que no le gusta, que ya es mayorcita para andar jugando con pastorcitas… me preguntaba si lo podría cambiar por otra cosa.
Finalmente la mujer se llevó una casa de muñecas de tres pisos que tenía todo tipo de detallitos como platos, vasos, mesas y sillitas que pensó distraería más a su sobrina.
Miquel se acercó al pastorcito y colocó nuevamente a Visctoria junto a él, los unió tanto que sus brazos de madera casi se tocaban, creyeron incluso ruborizarse por el contacto. A sus pies, un cartelito que decía:
NO SE VENDEN POR SEPARADO.
domingo, 2 de marzo de 2008
PLATOS LLENOS DE MOSCAS
- Pepa, que mal está la vida. Tienes suerte de no poder salir de casa, no te pierdes nada bueno. Los tiempos han cambiado y nosotros nos hemos quedado atrasados para los vientos modernos que soplan hoy.
Los jóvenes ya no son lo que eran, hoy en día están como locos, no hacen más que hablar por el móvil y jugar con una maquinita que se llevan a todos lados. Los niños y las niñas ya son menos niños, se ha perdido la infancia y por desgracia ya no se ve a ninguno de ellos jugar a las canicas, corriendo uno tras otro y haciendo chinchar a la hermana de tu mejor amigo.
Ya no hay respeto por los mayores, se nos ha tomado como algo inútil e inservible, inservible a medias, porque para cuidar a nuestros nietos bien que nos necesitan, aunque nosotros aun no tenemos de eso.
Pepa, ¿Recuerdas cuando nos enamoramos?- Le preguntó Ramón mientras preparaba la comida en la cocina.- Tú siempre ibas tan hermosa, tus andares quitaban el sentio y los hombres se giraban para mirarte con asombro. Cada vez que pasabas por mi lado era como un día de primavera, como si todas las flores soltasen su perfume en ese preciso instante y una de tus miradas, dejaban sin respiración al más valiente. Yo me sentía tan pequeño a tu lado… – se giró y miró con aire risueño a su mujer- ¿No te lo crees? Pues es tan cierto como la vida misma. Me pasaba las noches enteras soñando contigo y los días enteros pensando en ti. Sabía que sobre las cinco de la tarde pasarías por mi calle y siempre bajaba al portal de mi casa para poder verte.
Te quería conquistar, pero era tan cobarde que no sabía cómo hacerlo. Hasta que un día me armé de valor. Con el poco dinero que tenía ahorrado, compré un ramo de flores y empecé a quitarle los pétalos, sentado en el escalón de mi casa. Cuando pasaste a las cinco de la tarde, dejé caer dos flores y muchísimos pétalos, tú saliste en mi busca y me dijiste que se me habían caído las flores, yo te dije que las había tirado para hacer mas cómodo tu caminar, que las reinas como tú deberían andar sobre pétalos de rosa y no sobre las sucias calles. – Ramón rió recordando la antigua y amarillenta historia, vieja por el paso de los años. Su sonrisa tardó poco en borrarse de su rostro.- Ya nadie hace cosas así, me preguntó porqué, era una preciosa manera de demostrarle a la mujer que amabas que la querías de verdad, que ibas a luchar por ella contra viento y marea. Los jóvenes -y no tan jóvenes- ya no saben querer, están tan ocupados en quererse a sí mismos que no tienen tiempo para nada más.- Dijo Ramón colocando los platos sobre la mesa del salón.
Los huesos de la espalda le crujieron como bisagras oxidadas al sentarse en la silla para comer, se puso frente a su mujer, para contemplarla, con la misma mirada de hace cincuenta años, pero con los ojos vidriosos y llenos de arrugas. -Sigues estando tan hermosa como entonces Pepa.-
Las horas pasaron en el reloj con más prisas de lo normal, la mañana se fue oscureciendo dando paso a la tarde, y ella a la noche, los platos sobre la mesa se enfriaron, eternas miradas entre Pepa y Ramón, una vida llena de recuerdos que sólo ellos dos podían contar y lo hacían en el más absoluto silencio.
-¿Hoy tampoco tienes hambre Pepa? La verdad es que yo tampoco, lo mejor será que retire los platos de la mesa, sino empezara a llamar a las moscas.
Pero en lugar de eso, cogió a Pepa en brazos y se sentaron juntos, abrazados en el sofá, esperando a que el sueño les venciera.
Días más tarde, cuando los bomberos tiraron abajo la puerta del domicilio de Ramón Gutierrez Morales, encontraron dos platos sobre la mesa llenos de moscas y a Ramón, que se encontraba en el sofá del salón abrazado fuertemente a lo que parecía ser un marco de fotos. La policía la identificó como María Josefa Dolores López. Y el medico diagnosticó que Ramón había fallecido porque el corazón le había dejado de latir. Ramón Gutierrez Morales murió de pena.
Los jóvenes ya no son lo que eran, hoy en día están como locos, no hacen más que hablar por el móvil y jugar con una maquinita que se llevan a todos lados. Los niños y las niñas ya son menos niños, se ha perdido la infancia y por desgracia ya no se ve a ninguno de ellos jugar a las canicas, corriendo uno tras otro y haciendo chinchar a la hermana de tu mejor amigo.
Ya no hay respeto por los mayores, se nos ha tomado como algo inútil e inservible, inservible a medias, porque para cuidar a nuestros nietos bien que nos necesitan, aunque nosotros aun no tenemos de eso.
Pepa, ¿Recuerdas cuando nos enamoramos?- Le preguntó Ramón mientras preparaba la comida en la cocina.- Tú siempre ibas tan hermosa, tus andares quitaban el sentio y los hombres se giraban para mirarte con asombro. Cada vez que pasabas por mi lado era como un día de primavera, como si todas las flores soltasen su perfume en ese preciso instante y una de tus miradas, dejaban sin respiración al más valiente. Yo me sentía tan pequeño a tu lado… – se giró y miró con aire risueño a su mujer- ¿No te lo crees? Pues es tan cierto como la vida misma. Me pasaba las noches enteras soñando contigo y los días enteros pensando en ti. Sabía que sobre las cinco de la tarde pasarías por mi calle y siempre bajaba al portal de mi casa para poder verte.
Te quería conquistar, pero era tan cobarde que no sabía cómo hacerlo. Hasta que un día me armé de valor. Con el poco dinero que tenía ahorrado, compré un ramo de flores y empecé a quitarle los pétalos, sentado en el escalón de mi casa. Cuando pasaste a las cinco de la tarde, dejé caer dos flores y muchísimos pétalos, tú saliste en mi busca y me dijiste que se me habían caído las flores, yo te dije que las había tirado para hacer mas cómodo tu caminar, que las reinas como tú deberían andar sobre pétalos de rosa y no sobre las sucias calles. – Ramón rió recordando la antigua y amarillenta historia, vieja por el paso de los años. Su sonrisa tardó poco en borrarse de su rostro.- Ya nadie hace cosas así, me preguntó porqué, era una preciosa manera de demostrarle a la mujer que amabas que la querías de verdad, que ibas a luchar por ella contra viento y marea. Los jóvenes -y no tan jóvenes- ya no saben querer, están tan ocupados en quererse a sí mismos que no tienen tiempo para nada más.- Dijo Ramón colocando los platos sobre la mesa del salón.
Los huesos de la espalda le crujieron como bisagras oxidadas al sentarse en la silla para comer, se puso frente a su mujer, para contemplarla, con la misma mirada de hace cincuenta años, pero con los ojos vidriosos y llenos de arrugas. -Sigues estando tan hermosa como entonces Pepa.-
Las horas pasaron en el reloj con más prisas de lo normal, la mañana se fue oscureciendo dando paso a la tarde, y ella a la noche, los platos sobre la mesa se enfriaron, eternas miradas entre Pepa y Ramón, una vida llena de recuerdos que sólo ellos dos podían contar y lo hacían en el más absoluto silencio.
-¿Hoy tampoco tienes hambre Pepa? La verdad es que yo tampoco, lo mejor será que retire los platos de la mesa, sino empezara a llamar a las moscas.
Pero en lugar de eso, cogió a Pepa en brazos y se sentaron juntos, abrazados en el sofá, esperando a que el sueño les venciera.
Días más tarde, cuando los bomberos tiraron abajo la puerta del domicilio de Ramón Gutierrez Morales, encontraron dos platos sobre la mesa llenos de moscas y a Ramón, que se encontraba en el sofá del salón abrazado fuertemente a lo que parecía ser un marco de fotos. La policía la identificó como María Josefa Dolores López. Y el medico diagnosticó que Ramón había fallecido porque el corazón le había dejado de latir. Ramón Gutierrez Morales murió de pena.
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