
Hoy tengo las pasiones sueltas, desatadas, me faltan volcanes para estallar en erupción. Hoy te quiero tanto y más que ayer, más que ayer y que el mes anterior.
Hoy no me importa que me quieras o que hayas dejao de hacerlo
Hoy tengo las pasiones sueltas, desatadas, revoltosas y son caprichosas contigo.
Por un momento todo se va a esfumar, voy a olvidar todo lo que nos separa, todas nuestras diferencias, todo lo que me molesta de ti y voy a rememorar en vivo, todas las veces que me lo has hecho en sueños.
Buscándote a un lado de la cama te he imaginado de costado, yo abrazada a ti, con mi cabeza entre tu cuello y tu espalda. He respirado tan fuerte tu aroma que me ha dolido el corazón, pero no por eso he dejado de besar tu cuello, tus hombros, tu espalda hasta que has despertado.
Me has sonreído pícaro y me has lanzado una de esas miradas que tú y yo sabemos, has intentado besarme, pero me he hecho la dura y te he girado la cabeza. Hoy seré yo la que te haga sufrir, la que te haga desesperar, la que te haga ahogar tus quejidos.
Hundí mis dedos en tu pelo y una de mis manos bajó por tu cintura, hasta la goma de los calzoncillos, donde te acaricié suavemente. Mi lengua bajaba por el centro de tu espalda casi sin rozar, pero fuiste tan impaciente que al primer descuido te giraste y me pusiste encima tuyo.
Tu mirada se cruzó con la mía y con un brazo retiraste mi pelo hacía un hombro, ahora eras tú el que me besaba ardientemente, era yo la complacida, la que desesperaba por otro beso tuyo, uno más. Y tus manos bajaron hasta llegar al final de mi camiseta, que impulsaste despacio hacia arriba dejando al descubierto mis pechos. Arrojaste la camiseta fuera del ring y tus manos, nuevamente en mi espalda, haciendo que me inclinara para besarlos suavemente, sin prisas, paseando tus labios por mis pezones, tu lengua alrededor de mis pechos, subiendo por mi cuello hasta llegar a mi boca.
Noté tu erección en mis braguitas, es lo que llevaba buscando desde que abrí los ojos, pero me estaba dejando llevar por ti, tenía que tomar rápidamente las riendas. Moví ligeramente las caderas haciendo roce con tu erección y empujé tus hombros contra la almohada. Me gustaba ver tu torso desnudo, lo acaricié como si fuese la última vez, se me escaparon pequeños bocaditos en el costado y mi boca se quedó justo debajo de tu ombligo.
Mi mano derecha, se sumergió dentro de mis braguitas, todo lo recordado estaba dando su fruto, desde mi pecho hasta mis mejillas, un calor constante me abrasaba, mi cuerpo estaba lleno de deseo carnal, tenía ganas de contacto, todo el contacto que tu me dabas, tú apostando duro por mi, yo pidiendo más ganas de ti, tus manos, tu cuerpo, tu pelo, una película de saliva y frenesí como segunda piel. De mi frente, empezaron a desprenderse las primeras gotas de sudor. Tu imagen se fue difuminando a medida que mi propio placer aumentaba. Te estabas yendo, luché con todas mis fuerzas, para que no te fueras de mi imaginación, sólo un poco más, quédate unos segundos más, no desaparezcas aún, ya queda menos, no te desprendas, no te dejes ir ¡espérate! No te vayas, no te vayas, no te va….
Hoy tengo las pasiones sueltas, desatadas, me faltan volcanes para estallar en erupción. Hoy te quiero tanto y más que ayer, más que ayer y que el mes anterior.
Hoy no me importa que me quieras o que hayas dejao de hacerlo
Hoy tengo las pasiones sueltas, desatadas, revoltosas y son caprichosas contigo.
Hoy no me importa que me quieras o que hayas dejao de hacerlo
Hoy tengo las pasiones sueltas, desatadas, revoltosas y son caprichosas contigo.
Por un momento todo se va a esfumar, voy a olvidar todo lo que nos separa, todas nuestras diferencias, todo lo que me molesta de ti y voy a rememorar en vivo, todas las veces que me lo has hecho en sueños.
Buscándote a un lado de la cama te he imaginado de costado, yo abrazada a ti, con mi cabeza entre tu cuello y tu espalda. He respirado tan fuerte tu aroma que me ha dolido el corazón, pero no por eso he dejado de besar tu cuello, tus hombros, tu espalda hasta que has despertado.
Me has sonreído pícaro y me has lanzado una de esas miradas que tú y yo sabemos, has intentado besarme, pero me he hecho la dura y te he girado la cabeza. Hoy seré yo la que te haga sufrir, la que te haga desesperar, la que te haga ahogar tus quejidos.
Hundí mis dedos en tu pelo y una de mis manos bajó por tu cintura, hasta la goma de los calzoncillos, donde te acaricié suavemente. Mi lengua bajaba por el centro de tu espalda casi sin rozar, pero fuiste tan impaciente que al primer descuido te giraste y me pusiste encima tuyo.
Tu mirada se cruzó con la mía y con un brazo retiraste mi pelo hacía un hombro, ahora eras tú el que me besaba ardientemente, era yo la complacida, la que desesperaba por otro beso tuyo, uno más. Y tus manos bajaron hasta llegar al final de mi camiseta, que impulsaste despacio hacia arriba dejando al descubierto mis pechos. Arrojaste la camiseta fuera del ring y tus manos, nuevamente en mi espalda, haciendo que me inclinara para besarlos suavemente, sin prisas, paseando tus labios por mis pezones, tu lengua alrededor de mis pechos, subiendo por mi cuello hasta llegar a mi boca.
Noté tu erección en mis braguitas, es lo que llevaba buscando desde que abrí los ojos, pero me estaba dejando llevar por ti, tenía que tomar rápidamente las riendas. Moví ligeramente las caderas haciendo roce con tu erección y empujé tus hombros contra la almohada. Me gustaba ver tu torso desnudo, lo acaricié como si fuese la última vez, se me escaparon pequeños bocaditos en el costado y mi boca se quedó justo debajo de tu ombligo.
Mi mano derecha, se sumergió dentro de mis braguitas, todo lo recordado estaba dando su fruto, desde mi pecho hasta mis mejillas, un calor constante me abrasaba, mi cuerpo estaba lleno de deseo carnal, tenía ganas de contacto, todo el contacto que tu me dabas, tú apostando duro por mi, yo pidiendo más ganas de ti, tus manos, tu cuerpo, tu pelo, una película de saliva y frenesí como segunda piel. De mi frente, empezaron a desprenderse las primeras gotas de sudor. Tu imagen se fue difuminando a medida que mi propio placer aumentaba. Te estabas yendo, luché con todas mis fuerzas, para que no te fueras de mi imaginación, sólo un poco más, quédate unos segundos más, no desaparezcas aún, ya queda menos, no te desprendas, no te dejes ir ¡espérate! No te vayas, no te vayas, no te va….
Hoy tengo las pasiones sueltas, desatadas, me faltan volcanes para estallar en erupción. Hoy te quiero tanto y más que ayer, más que ayer y que el mes anterior.
Hoy no me importa que me quieras o que hayas dejao de hacerlo
Hoy tengo las pasiones sueltas, desatadas, revoltosas y son caprichosas contigo.
4 comentarios:
La primavera, que llega a todos por igual.
Angela Genial , ta super currado.
Realmente haces que la persona se meta en la escena leyedo el relato. Has conseguido que mi imaginacion saliera de la habitación y pusiera cara a los personages. Me quito el sombrero ante tal relato .
Lo mejor de tus relatos es que no tienes pudor, me encanta.
un besote y sigue escribiendo .
miguel
Quilla, qué subidón..., depués andais por ahí diciendo que soy yo el que escribe con tinta roja, anda shosho que has empañado las pantallas de los ordenadores.
Pedazo de texto paisana.
MIGUEL:
¿¿¿¿¿Qué cara tenían tus personajes?????
Muchas gracias for your comment, me alegro mucho que te guste, y no dudes que voy a seguir escribiendo. Aquí, dando guerra hasta el final.
UN BESO.
MANOLOOO: Quillooooo!! jajaja, me alegro que haya subido la temperatura de tu ordenador unos grados más. jajaja. y me alegro que te haya gustado.
VINO Y VERSOS PAISANO!!
Publicar un comentario