domingo, 20 de abril de 2008

VIEJOS AMIGOS


Dos viejos amigos se encuentran en medio de un inhóspito y árido cruce de caminos. No hay nadie más que ellos dos en kilómetros, no hay vegetación ni animales, sólo hay arena. Arena y piedras, y hay también, un cadáver a la derecha de uno de ellos, al que sólo le quedan los huesos y un sol de justicia que brilla en lo más alto del cielo.
Los dos viejos amigos se encuentran exactamente en el centro de todos los cruces, donde mueren los cuatro caminos. Uno de ellos va a morir en ese preciso instante, el otro no podrá hacer nada por remediarlo.

- Ay viejo amigo, -dice uno de ellos mientras se quita el sombrero- ¿Cómo usted por aquí?
- Verás, he salido a caminar, ya sabe, uno a esta edad si no se mueve se atrofia. Más aún de lo que uno está.
- Qué razón tiene. Y cuénteme viejo amigo, ¿Qué ha sido de su vida, de usted en todos estos años?
- Pues he sido feliz, amigo mío, o al menos eso he procurado siempre. Nunca he tenido más que mi familia y tampoco he querido algo más que eso.-el viejo mira a su amigo que parece no entenderle muy bien, respira hondo, traga saliva y decide explicarle más extensamente a qué se refiere.- Conocí a una buena mujer hace ya, bastantes años, con la que me casé y tuve doce hijos, de las cuales sólo vivieron ocho y uno de ellos falleció dos años más tarde, así que en cierto modo y de cuerpo presente éramos siete. Decidimos irnos a vivir lejos de la ciudad. El sueldo de ambos era demasiado bajo para subsistir con toda esa caballería hambrienta y pagar un piso. Ella era maestra y yo un simple camarero de taberna. Decidimos mudarnos a un pueblo, plantar nuestros propios alimentos, vivir de nuestros cultivos, ya sabe, una vida más sana, más bonita que la de la ciudad. Los años que pasamos todos juntos fueron los más felices de mi vida, puedo decirle con toda certeza que no he vivido mejores años que aquellos.- Se quedó pensativo mientras se rascaba la calva.
- Y dígame viejo amigo ¿Qué sucedió?
- Bueno, los infantes crecieron, ellos y ellas se hicieron mayores y cada uno salió a buscar su vida. Mi mujer hace cuatro años que falleció, los mismos que yo llevo paseando por todo el mundo. ¿Y usted amigo mío, que ha sido de usted en esta vida?
- Bueno, viejo amigo, mi vida es algo difícil de explicar, llevo la gran parte de mi vida trabajando incansablemente, siempre disfrazándome de lo que la gente quiere, no me he casado, ni he tenido hijos, mi trabajo no me lo permite. A la gente normalmente no le gusta hablar de mí, les atemoriza mi presencia y llevo toda mi vida sólo. Muy poca gente entiende mi trabajo y los pocos que lo entienden se les trata de locos y enfermos mentales.
- Amigo mío, por lo que me cuenta no me parece que usted haya sido feliz en su vida, ¿o me equivoco? –Dice mientras se peina el bigote y se acaricia nuevamente la calva.- Cuénteme más.
- Me temo que no tenemos más tiempo para charlar viejo amigo. No nos queda.
- Sólo una última pregunta, dice usted que siempre va disfrazado. ¿Hoy también?
- Hoy también amigo mío. Hoy soy un viejo amigo suyo.

En ese momento un águila surca el cielo buscando una roca en dónde partir el caparazón de una pesada tortuga que lleva entre sus garras. Roca que confunde con la calva de uno de los amigos y muere en ese preciso instante.

-Se me olvidó decirle amigo mío que la gente que se para a hablar conmigo, es porque me ve y eso significa que ya ha llegado su momento. Me alegro de que en su vida haya sido muy feliz, pues la mayoría de gente nunca ha conocido ni experimentado si quiera la felicidad.

4 comentarios:

Girasol dijo...

NOTA: En el año 458 AC, el afamado escritor griego Esquilo murió cuando un águila dejó caer sobre él una tortuga de gran tamaño, confundiendo su cabeza calva con una piedra.

Manuel Rubiales dijo...

El párrafo final es tristemente real, la felicidad sólo la abarcamos por momentos aunque creamos, falsamente, que es una situación imperecedera.

Vino y besos.

miguel dijo...

hola Angela

Sigues en tu linea , me gusta mucho tu relato .

Me ha gustado a pesar de su triste final , pero creo que no hay nada que pueda hacer mas feliz a una persona que no saber cuando es su dia , pues desconocer el destino es tu felicidad.

un besote

Girasol dijo...

MANUEL: Simpre buscando la gran felicidad, y no nos damos cuentas que hay momentitos que valen la pena.

VINO Y VERSOS.


Miguel: QUé verdad eh? ser un infeliz toda tu vida no te va a servir de nada.

BESITOS